Recuerdo los girasoles con TRISTEZA. Toda la ciudad estaba tapizada de ellos. No sé si los recuerdo porque los vi o simplemente porque mi mamá siempre hablaba de ellos como algo que caracterizaba los buenos tiempos, esos que con LENTITUD se fueron llenando de novedades, tecnología, asfalto y humo. Los grandes baldíos de esos años se fueron ahogando RESTRICTIVAMENTE en mares de bardas y títulos inmobiliarios.En aquellos tiempos, pensaba que mi barrio era el ombligo del mundo y nada más podía existir fuera de sus calles, jardines y girasoles. Recuerdo cuando vi aquella mujer enorme, elegante, extraña y de hermosura angelical pasar corriendo delante de mi casa como atleta de COMPETENCIA. Lloraba y en su gesto se dibujaba una desesperación que no había visto antes. Su llanto era mudo, aterrador. Se percibían sus lágrimas IMPLOSIONANDO calladas dentro de sus magníficos senos y rodando por sus temblorosos ojos verdes.Buscó refugio en el quicio de mi puerta y de cuando en cuando asomaba la cabeza como viendo si alguien venía. No pude más, abrí la puerta y de un jalón la metí en mi casa. Se me quedó mirando ADORMILADAMENTE, como si saliera de una profunda pesadilla. Le hice una seña de que se callara y ella me agradeció con la mirada. Unos minutos después pasaron frente a mi ventana unos hombres armados con palos y portando gestos de odio inimaginable.Cuando se fueron, ella lloró abiertamente y con voz áspera me dio las gracias. Salió entonces a REOCUPAR su espacio imposible más allá de ese hasta entonces GEOCENTRICO vecindario.Hoy decidí en esta ruta BIFURCANTE, tomar el camino que me trajo a resguardarme en esta puerta. Rezo y espero que una mano salga y que me esconda por un rato. Quiero llorar de alivio, no de miedo. Pasaron los años y ahora es a mí a la que persiguen, a quien quieren masacrar a palos de intolerancia. No sé porqué me acuerdo ahora de los girasoles si hoy yo también necesito ayuda, yo también soy TRANSEXUAL.
Publicado por Fernanda el 06-feb-2008 EN PLAN B
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