Reconocimiento
a Fernanda la Escritora, Fernanda la Amiga,Fernanda La mujer,Fernanda la Escort
y está dirigido a la gente interesada en su persona,
En este espacio aparecerán sus Escritos y sus Imagenes sin llevar un orden cronologico.


martes, 7 de julio de 2009

Descubierta. Pueblo grande ¿Infierno chico?

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En un primer momento mi familia no supo de mi paso por el mundo de las pasiones de alquiler, hoy es algo así como un acuerdo tácito, algo que se sabe pero de lo que no se habla. Pero cuando empecé, traté de disimular lo más que me fue posible. Francamente llevar esa doble vida es quizá la parte más complicada de este resbaladizo negocio. Edecán fue la primera coartada, luego “trabajé” como hosstes en un bar, lejos por supuesto, para que nadie tuviera de pronto la tentación de visitarme en el trabajo, decidí que el lugar estaba en Satélite (al otro lado del mundo y que me perdonen los que por allá viven). Por eso cuando al fin dejé la casa de mi mamá y puse mi departamento, pensé que había terminado mi necesidad de andar por la vida toreando a mi suerte.En casa dije que había conseguido un buen trabajo en una empresa. Un cliente - amigo aceptó servirme de fachada permitiéndome decir que era una de sus vendedoras. Durante un buen rato trabajé con toda comodidad sin sobresaltos por llamadas embarazosas ni explicaciones por salidas intempestivas, hasta la tarde en que el cliente resultó Agustín, el jefe de mi hermano.Era el dueño del despacho en el que trabajaba y algunas veces lo había acompañado a la casa. No se imaginan la sorpresa y el sacón de onda que me provocó verlo al otro lado de esa puerta. Sus ojos oscuros, su abultado abdomen, su calvicie, su boca ansiosa. Sonrió. Me tendió la mano y me jaló al interior de la habitación cerrando la puerta tras de sí. Yo estaba helada. La realidad abrumadora de haber sido descubierta me provocó un vacío en el estómago que me hacía sentir que me licuaba por dentro. Notó mi miedo, me besó la mejilla y me pidió que me calmara. - No te preocupes- dijo -será nuestro secreto-Por la sorpresa, su beso me provocó una fea sensación parecida al asco o a la angustia. - Te ví en internet y no podía creerlo preciosa, siempre te tuve tantas ganas, estás reinísima... -Sus palabras retumbaban en mis oídos como insultos. Su dominio, su arrogancia. Hasta esa fecha me habría visto sólo unas cuantas ocasiones. Era claro que me deseaba, cuando nos visitaba sus ojos se empecinaban en buscarme, pero su realidad le impedía atreverse. Apenas nos dirigíamos la palabra. Tenerlo agitado en ese cuarto, jadeando necedades me incomodaba. Quebraba todas mis estrategias de mujer y mis armas de oficio. -Será nuestro secreto- repitió, poniendo su mano en mis nalgas -vamos a pasarla rico-Fue entonces cuando la sangre me subió a la cabeza y volví en mí:- ¿Nuestro secreto, pendejo?- grité -Claro que será nuestro secreto. A menos que quieras que tu esposa se entere en qué gastas el dinero.- Clavé mi más fiera mirada en sus ojos, mientas su sonrisa se helaba sin ocultar sus enormes dientes...- Mira, así no son las cosas, así como me ves pero me doy el lujo de decidir con quien me acuesto y con quien no y contigo papito, no me da la gana- Sus ojos se abrieron tanto que parecían a punto de abandonar sus cavidades, trató de interrumpir, pero seguí. - ¿Creías que iba a caer a tus pies rendida? Ni siquiera me avisaste que eras tú cuando llamaste... Eso no se hace cabrón. ¿Pensabas que me daría gusto tu sorpresa?- Callé por un momento... mis manos temblaban frías como hielos. Caminé hacia la puerta y antes de abrirla lo miré fijamente y le dije: - Más vale que ni intentes buscarme un problema con esto, porque que tu mujer lo sepa es lo menos malo de lo que puede pasarte- fanfarroneé dedicándole una mirada furiosa y me di la vuelta. Cuando abrí la puerta, me tomo de la muñeca y temblando me pidió que lo disculpara. -No te vayas- rogó -te necesito, haré lo que sea para que me perdones- Sacó su cartera y me ofreció todo lo que llevaba, era más del doble de lo que habíamos acordado por teléfono. -Desde que te vi en internet estoy loco, me encantas te traigo unas ganas locas; no pensé que te molestara, saberte a mi alcance me nubló la razón... -Cuando vio que mi mirada perdía un poco el fuego del coraje agregó: - Nadie está preparado para una cosa como esta, quédate y olvida que me conoces...--No, hoy no- interrumpí. Para dejarlo con más ganas le di un beso en la comisura de los labios y me fui. Le di esperanza, gracias a la cual siguió insistiendo. Más o menos dos meses más tarde accedí a hacerle el amor, creo que de no haberlo hecho el pobre realmente habría enloquecido. Eso sí, le cobré el triple. Ni modo, no me gustan las sorpresas.

Un beso

Escrito por Fernanda el 2 de Enero de 2007 en el foro de Fernanda

miércoles, 17 de junio de 2009

CERRANDO CIRCULOS



Hay veces que no es que las cosas terminen, o que se dejen las puertas abiertas por si las moscas o pa' no machucarse las nachas al salir, sino que simplemente se le pone pausa a ciertas facetas de la vida. En la vida, como en la escritura, hay comas, punto y seguido, punto y aparte o punto final. Hay veces, también en que toca ponerle a un momento unos cómodos y amables, puntos suspensivos...


Escrito por Fernanda en el foro Preguntale a Fernanda de sexyservidoras mx el 17 de junio de 2009

sábado, 30 de mayo de 2009

LOS GIRASOLES

INTENTO FALLIDO

Recuerdo los girasoles con TRISTEZA. Toda la ciudad estaba tapizada de ellos. No sé si los recuerdo porque los vi o simplemente porque mi mamá siempre hablaba de ellos como algo que caracterizaba los buenos tiempos, esos que con LENTITUD se fueron llenando de novedades, tecnología, asfalto y humo. Los grandes baldíos de esos años se fueron ahogando RESTRICTIVAMENTE en mares de bardas y títulos inmobiliarios.En aquellos tiempos, pensaba que mi barrio era el ombligo del mundo y nada más podía existir fuera de sus calles, jardines y girasoles. Recuerdo cuando vi aquella mujer enorme, elegante, extraña y de hermosura angelical pasar corriendo delante de mi casa como atleta de COMPETENCIA. Lloraba y en su gesto se dibujaba una desesperación que no había visto antes. Su llanto era mudo, aterrador. Se percibían sus lágrimas IMPLOSIONANDO calladas dentro de sus magníficos senos y rodando por sus temblorosos ojos verdes.Buscó refugio en el quicio de mi puerta y de cuando en cuando asomaba la cabeza como viendo si alguien venía. No pude más, abrí la puerta y de un jalón la metí en mi casa. Se me quedó mirando ADORMILADAMENTE, como si saliera de una profunda pesadilla. Le hice una seña de que se callara y ella me agradeció con la mirada. Unos minutos después pasaron frente a mi ventana unos hombres armados con palos y portando gestos de odio inimaginable.Cuando se fueron, ella lloró abiertamente y con voz áspera me dio las gracias. Salió entonces a REOCUPAR su espacio imposible más allá de ese hasta entonces GEOCENTRICO vecindario.Hoy decidí en esta ruta BIFURCANTE, tomar el camino que me trajo a resguardarme en esta puerta. Rezo y espero que una mano salga y que me esconda por un rato. Quiero llorar de alivio, no de miedo. Pasaron los años y ahora es a mí a la que persiguen, a quien quieren masacrar a palos de intolerancia. No sé porqué me acuerdo ahora de los girasoles si hoy yo también necesito ayuda, yo también soy TRANSEXUAL.

Publicado por Fernanda el 06-feb-2008 EN PLAN B

martes, 26 de mayo de 2009

FERNANDASIEMPRE (En el Blog hormigas)

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Hola Porfirio. Dándome una vuelta por la güeb, me encontré con este blog y con esta nota. Muchísimas gracias por tus palabras. Este tipo de opiniones alientan a una a seguir, aunque sea de irreverente y de loca, pero a seguir.
Te mando un beso y, otra vez, gracias.
Fernanda

Fernanda comento esto el 3 de Febrero de 2008 en El blog HORMIGAS
Enlace

Fernanda Luna escribe una de las bitácoras más visitadas del habla española, no sólo por el interés que suscitan sus anécdotas, historias y reflexiones sobre la prostitución y la sexualidad en general, sino porque tiene un estilo de sinceridad y espontaneidad que la distingue.
A la par de su continua creatividad para interesar a sus lectores con temas de la vida cotidiana, Fernandasiempre —tal es su pseudónimo— es fiel practicante de la Web 2.0: .............Leer más

domingo, 24 de mayo de 2009

B A S U R A

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Tengo una basura en el ojo
que no puedo sacarme
y que me hace llorar
Tengo una esperanza perdida
ya será en otra vida
que la vuelva encontrar
Eres una luz que se apaga
una historia que empieza
y que le urge acabar
Era un corazón imposible
que al hacerlo posible
tuvo que terminar
Hoy eres una nostalgia
el recuerdo de un día
que no debió de pasar
Hoy eres un dolorcito
que se clava en mis pechos
sin dejarme olvidar
Eres la basura en los ojos
que me vuelve grotesca
al no parar de llorar

Escrito por Fernanda la noche de un 2 de julio (de un 2006),

Publicado por Fernanda en Plan B mayo 2009

domingo, 3 de mayo de 2009

Memorias de una Geisha. Ideas sueltas y final anticipado I

Queridos foristas. Creo que las memorias que les he ido dejando en episodios ya están comenzando a volverse repetitivas, así que antes de aburrirlos y aburrirme, las daré por terminadas, para repensar cómo escribirlas.Escribir lo que se lleva en los recuerdos ha sido y es muy estimulante. A nivel personal y a nivel sexual los años que estuve en el servicio de acompañamiento, además de la posibilidad de vivir bien, me dejaron muy gratos momentos. En este asunto de las citas hay una constante: tanto nosotras como los clientes tenemos mucha cercanía con un estado de soledad que, si no siempre es “no contar con alguien cerca”, sí lo es en cuanto a nuestro estado emocional. Hay algo en nosotras y en ustedes que nos hace falta y queremos, sin excusas, llenar.En nuestro caso podrán pensar que lo que queremos llenar es una cuenta en el banco, pero no: creo que quienes trabajamos en este negocio no lo hacemos sólo por el encanto del pago (que sin duda nos da la coartada para entregarnos). Supongo que la verdad es que la mayoría de nosotras podríamos mantener un buen nivel de vida dedicándonos a oficios con menos... “tabú”. Lo que también es cierto, es que toda mujer ha crecido con la fantasía de conocer gente, tener bonita ropa, verse bien y darse otros lujos, pero (yo lo viví y estoy segura de que también muchas que se las dan de damas defensoras de la decencia), igual hemos soñado en algún momento de la vida con la idea ¿perversa? de conseguirlas con el cuerpo. Pero... ¿Es perverso dar a la gente un poco de placer? Estar con ustedes nos va haciendo expertas en acompañarlos. Nuestro trabajo no es como el de las chicas de la calle que, pobres de ellas, venden sólo sexo. Cuando yo estaba contigo, ESTABA CONTIGO, así, con mayúsculas. Conocía mi cuerpo y lo usaba para explorar tus emociones. Trataba de abandonarme a las sensaciones y dejaba que los cuerpos se fueran por su cuenta. Recibiéndose, gozándose. Mi meta era que al despedirnos tú te fueras con una extraña sensación, entre la nostalgia y el deseo. Que te llevaras la idea de que tú fuiste quien me hizo gozar a mi, que eres hermoso, viril y que me encantaría volver a verte.Y saben una cosa... En muchos de los casos sí. Me quedaba con ganas de verlos de nuevo.
Besos
Fernanda
Escrito por Fernanda el 22 de Mayo de 2006 en el foro Elite de ZD

Memorias de una Geisha V. En la isla de Lesbos o cuando tres no son multitud

Creo que el talento para algo es una cosa con la que simplemente o se nace o nunca se tendrá. Podrás educarlo, hacerte experta, pero solamente cuando se tiene un don puede explotarse. Yo nací con vocación para el libertinaje. Cuando tuve la opción, mi situación financiera no era fácil, así que la tomé. Hasta la fecha, en las artes del amor, no ha habido una propuesta que me parezca demasiado perversa para no llevarla a cabo. Mientras nadie salga lastimado todo es un juego, por eso, la primera vez que hice un trío todo me pareció tan estimulante.Daniela es una chica morenita, de largos cabellos lacios, grandes ojos negros, de rostro muy mexicano, cuerpo esplendido, pechos generosos y un trasero de primer premio. Nos presentó Pati y simpatizamos. Una tarde me llamó para contarme que un cliente suyo quería un trío. Me preguntó si estaría dispuesta a acompañarla a ese servicio. La sola idea me atrajo mucho. Hasta esa fecha no había estado en la cama con otra chica.No les voy a hacer el cuento largo. Esa tarde nos encontramos en la recepción del Revolución. Entramos juntas. Ella, que conocía al tipo, lo besó con confianza. Un beso rápido, un saludo. Me presentó. Le di un gran beso y acercándome a su cuerpo sentí como crecía un bulto en su pantalón. Tome a Daniela de la mano y la acerqué a nosotros. Besé entonces su mejilla. Daniela se sorprendió, dio un paso breve hacia atrás y, sonriendo, rectificó y volvió a mi regalándome un beso tierno en los labios. Volteamos a verlo a él que, ansioso, nos tomaba a las dos por las cinturas. Casi instintivamente las tres bocas se juntaron confundiéndose en un solo beso. Comenzó a desnudarme. Se colocó detrás de mi y pegando su bulto a mis nalgas, sus manos levantaron mi blusa y expusieron mis pechos apretados por un sostén delicado. Me lo desabrochó para expulsar de pronto ansiosos mis pezones. Mientras hacía su trabajo en mi cuerpo, Daniela lo desnudaba a él. Desabrochaba sus botones y acariciaba su pecho. Cuando ambos tuvimos el torso desnudo me volteó para regalarme un beso. Daniela se quitó el vestido que llevaba y comenzó a rozarme los pezones con la lengua. Mi mano jugaba traviesa con el miembro tieso de nuestro compañero.Cuando de pronto, Daniela me beso de nuevo, sentí en ella una pasión deliciosa. Fuimos juntas a la cama terminando de desnudarnos. El se quedó de pié viendo nuestras pieles contrastantes, el blanco mío y el negro suyo que se estremecían al encontrarse, al tenerse. Nos siguió al lecho. Daniela le puso un condón y se llevó el pene a la boca. Mientras mamaba yo acariciaba su cuerpo, lo besaba. Atendía a cada impulso que el instinto me dictaba para hacerla olvidarse de aquel intruso, para recordarle mi presencia. Eso a nuestro mecenas, lejos de encelarle, le complacía como si lo que a ella le hacía, él lo estuviera sintiendo. Entonces Daniela, sin dejar de saborear lo que tenía en la boca, me dirigió para colocar mi vulva de modo que sus dedos pudieran hacer su juego. Cuando me tuvo en posición perfecta, sacó ese pene de su boca y jalando con una mano y empujando por la espalda con la otra, dirigió ese pito hacia mi apremiada vagina. Mientras él me penetraba, como antes hiciera yo, Daniela me besaba y recorría con sus manos todos los resquicios de mi cuerpo. Él no perdía el tiempo y mientras se movía dentro de mí, acariciaba con sus manos a mi amiga. De repente sacó de mí su pene y arrancándose el condón, me lo puso en la cara. Cuando me lo metí en la boca el se dejó caer sobre su espalda y jalando a Daniela la instruyó para que le pusiera la cola en la cara. Comenzó a lamer con espasmos la vagina ardiente de Daniela, mientras mis labios devoraban su hombría tremenda. Cuando se vino profusamente la leche tibia ahogo mi garganta y un placer enorme inundo mi cuerpo. Nos acostamos abrazados los tres. Lo hicimos de nuevo. Pasamos una tarde tan divertida que terminada la encerrona, aceptamos salir con él a cenar. Desde aquella tarde Daniela y yo hicimos equipo para este tipo de solicitudes, lo hicimos varias veces y siempre con mucho gusto para cliente y vendedoras, incluso, he de confesarles, algunas veces al calor de las copas y de la lujuria, llegamos a hacerlo solas y sin contrato de por medio. Hoy, pocas escorts de aquellos tiempos siguen en el campo de batalla, Daniela y yo nos retiramos, pero aun tenemos contacto y seguimos siendo grandes amigas.


miércoles, 1 de abril de 2009

Curso intensivo y en cinco lecciones sobre Educación Sexual”

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I. INTRODUCCIÓN

Perdonando la expresión, pero ¿saben cuál es el gran pedo sexual de los tiempos modernos? La desinformación.Vivimos en un mundo en el que estamos expuestos a mucho bla bla bla. Todo el tiempo estamos escuchando cosas y enterándonos de novedades. La tele, la radio, internet y miles de medios más nos inundan diario y hasta el tope de información de todo tipo, sin embargo, en la vida cotidiana una se da cuenta de que, sobre todo en los temas que tienen que ver con lo que llevamos bajo los chones, hay tal cantidad de verdades a medias, dudas y desinformación que es para irse de espaldas.Creerán que es cotorreo, pero hace unos días estaba conversando con una chavita de veintiún años que pensaba que el sexo oral era el platicadito. Creí que estaba bromeando, pero cuando me di cuenta de que lo decía en serio, me quedé con el ojo más cuadrado que el criterio de un agente de tránsito cuando te agarra sin el cinturón de seguridad. Todavía no entendió a la primera cuando le expliqué que esas eran mamadas, creyó que se la estaba armando de pedo, hasta que se dio cuenta de que efectivamente, el sexo oral son mamadas y van unos quince centímetros abajo del ombligo.En verdad es alarmante. Viviendo en un mundo en el que todos cogemos como conejos y que las enfermedades están a la orden del día, que nos aventemos así nomás como el Borras sin saber en la que nos estamos metiendo (o la que nos están metiendo). A veces hay quienes se molestan porque escribo las cosas con esta franqueza, pero es que yo no tengo pelos en la lengua (a menos que sea por cuestiones de trabajo).El caso es que es peligroso que, en pleno Siglo XXI, haya todavía tanta gente pensando que tener educación sexual es dar las gracias después de cada palo. Yo no soy sexóloga, ni maestra, ni psicóloga. Ni siquiera tengo una carrera universitaria de la cual presumir, pero soy muy promiscua y trato de estar enterada, así que, con toda irresponsabilidad y sin más méritos que mi formación de oficio, sirva esto como introducción, pues en los próximos posts en este blog iremos poniendo el “Curso intensivo y en cinco lecciones sobre Educación Sexual”
El curso es completamente irresponsable, no se basa en teoría ni libro alguno y no está avalado por la SEP, por la UNAM, por Grupo ISEL ni por ninguna Escuela Patito, ni siquiera por la benemérita Academia de Policía del Distrito Federal.Consta de cinco lecciones y dos partes. La primera parte, comprende las primeras cuatro lecciones y cosiste en “Lo que hay que saber”, la segunda parte acaparará la lección cinco, pero se las alargaré (sin albur) y consiste en “Lo que hay que hacer”.
Por la Doctora Fernanda de la Putanesca.
Ready?.
Go!
Escrito por Fernanda el 06 Enero 2008

domingo, 8 de marzo de 2009

MANIFIESTO



Hola, quiero compartir con ustedes algunas cositas que acabo de subir a mi blog, no son sexys, pero es lo que pienso a casi un año de que en esta misma casa decidiera regresar a las andadas de trabajar en esto, los dejo con mi manifiesto:Enfrentada como estoy a mi insomnio, a mis cuitas y a mi colección de boleros insensatos cantados por “el Pirulí”, abrí una botella de vino, partí un queso, encendí un cigarro y celebré reunión solemne conmigo misma. La fiesta de uva fermentada en mis labios y los acordes mustios del requinto sirvieron de pretexto para hacer rigurosa auditoría a las torcidas rutas de mi vida. Con vanidad, pudor y gratitud, pasé revista al estado que guardan mi entorno y convicciones. Tomé, entonces, la determinación de hacer concilio con Fernanda y suscribir sin reservas el siguiente MANIFIESTO

Soy feliz. Llevo una vida complicada y un tanto pendenciera.

Soy impulsiva, arrebatada y difícil. Pienso con la cabeza pero decido con las tripas. Tengo una voluntad inquebrantable y la firme ideología de que las cosas llegan cuando sabes aguardarlas. No acepto ataduras. Para mí un tormento es cualquier cosa que restrinja el ejercicio de mis libertades. He amado y sido amada. Vivo con intensidad cada etapa que paso. Lloro mis tristezas y me vierto en carcajadas durante mis alegrías.
Soy feliz porque creo que en la vida no hay más límites que los que tú le pones. Estoy convencida de que se puede conquistar el mundo con dos manos y mucho corazón.
Soy íntegra. No me arrepiento de mis actos y enfrento sus resultados. Cometo errores todos los días, pero tengo los ovarios suficientemente plantados para reconocerlos y arreglarlos. Casi siempre me gusta la mujer que encuentro en el espejo. Disfruto cómo soy y lo que soy. He salido adelante sola y a veces no sé qué diablos hacer con todo, pero mantengo siempre el optimismo y salgo al mundo con la cara alegre, la música por dentro, muchos condones y la certeza de que doblando la próxima esquina me están esperando el destino y la fortuna para convidarme a un cafecito.
Soy reventada, imprudente y vanidosa. Sigo más los consejos del instinto que de la razón. He realizado tantas locuras que podría mi corta vida inspirar un estudio clínico. Me gusta ir de prisa y sin miedos. Agandallar todos los dulces cuando se rompe la piñata. Soy cínica a morir y no tengo pelos en la lengua. Aborrezco guardarme una opinión y soy firme de convicciones. Por ello, con los pies clavados en la tierra y la cabeza vagando en el humo de mis cigarrillos resolví poner en manifiesto y compartir contigo las decisiones que han de han de regir mi vida:Decidí quererme más. Celebrar todos los días el milagro de mi existencia. Salir al mundo armada de valor y convencida de que merezco lo que quiero. No voy a permitir que me asfixien ni aceptaré críticas frívolas ni regaños de gente intolerante. Quien quiera estar conmigo deberá saber que tiene que ponerse a mi altura y aceptar que soy una mujer libre, trabajadora, fresca y luchona. Que no debe tener miedo a que en muchas cosas seré mejor que él, como yo no tengo miedo a que en otras él sea mejor que yo.Decidí no dejar que me venzan. Afilar mis garras para afianzarme a un mundo en estrepitoso movimiento, pero también para defenderme de posibles amenazas. No es fácil la vida cuando para subsistir tu oficina y herramientas son el cuerpo y las caricias. Cuando para vender ilusiones abres los brazos y rentas ratos. Este trabajo ha fortalecido mi espíritu y me ha enseñado que detrás de toda llamada puedes encontrar recuerdos encantadores, pero cansa. No quiero ser nunca una puta triste. El día que de plano no pueda poner a mi trabajo un poquito de alegría, sin duda alguna colgaré los guantes.Decidí trabajar muy duro. Cosechar de una buena siembra. Dedicar mi corazón y entusiasmo a asegurarme de que los puntos vayan coronando íes. No detener este tren de alegría que va fabricando sueños y levantando resultados. Salir a la vida cada día con la misma energía. Conocernos y olvidarnos a cada rato, en cada caricia o después de cerrar todas esas puertas de hotel. Romper corazones y que rompan el mío, demostrándole a la vida que las heridas cicatrizan. Soy jugadora, así que estoy dispuesta a perderlo todo intentando, pues creo firmemente que sólo el que trata gana.Decidí cambiar sábanas cada día. Que un chorro de agua se lleve siempre las angustias y los dolores de la noche anterior. Dejar en paz los pétalos de las margaritas que me han demostrado no ser oráculo ni promesa. Equivocarme más seguido. Relajarme y tomar riesgos. Besar más y trabajar menos. Sonreír cuando me enoje. Decidí bailar mucho. Disfrutar sin remordimientos de todas las cosas que me complacen. Endulzar mi boca más seguido con enormes pasteles de mil hojas sin dejar ni la última migaja. Hacer el amor cantando, cuando menos tres veces al día. Volar, correr, gritar, emocionarme. Vivir jugando cada minuto.Decidí jubilar los protocolos. Nada de apariencias ni fingimientos. Renuncio a toda clase de simulacros. Quiero vivir sin tintes, maquillajes ni persianas. Quien me quiera, que me quiera como soy, sin complejos ni mentiras. Poder, cuando lo sienta necesario, cambiar el timbre atemperado de mi voz por un sonoro eructo. Hacer el papel de niña mona no me queda, así que levantaré mi bandera de pirata y conquistaré con más gloria que pena los siete mares de la franqueza.Decidí darme por completo. Estoy rodeada de mucha gente que me quiere. Hay personas que no conozco pero que han tenido el detalle noble de darme muestras de un afecto inmerecido, pero hay también personas que han tocado mi vida de manera especial y me han ayudado a ser quien soy. No conozco emoción más sublime que el cariño de un amigo. A mis amigos los llevo siempre y así en las buenas como en las malas sabré ser con ellos. Los quiero muchísimo.Decidí honrar mi condición de mujer. La naturaleza me premió regalándome como funda un cuerpo que se inscribe en el gremio del sexo débil (já). En mis venas transita el orgullo de pensar, sentir, querer y comportarme como mujer. Somos el pivote del mundo. Esperanza, claridad, equilibrio, resistencia, paciencia, amor, belleza, inteligencia, sensatez, entereza, probidad, templanza, gerencia, indulgencia y fe son nuestras cualidades y estrategias. Me empeñaré en usarlas. Ser mujer es ser origen, fuente primaria de toda vida y razón. Decidí resucitar mi corazón. Amar es la mejor manera de perpetuarse. Sé que en algún sitio está la persona que hará las alegrías de mis días y las delicias de mis noches. Me gusta despertar ilusionada, escuchar abrazada el canto del gallo y tomar satisfecha el café del desayuno. Espero a alguien prudente, que sepa hablarme y escucharme. Alguien en quien pueda confiar con los ojos cerrados. Un tipo que me quiera por neurótica y desinhibida. Capaz de cuidarme y respetarme. Que no desperdicie tiempo y energía en celos necios, que intuya que así como soy, desmadrosa y fría, un bonito detalle siempre es importante. Que entienda que las flores hablan con nosotras y me las regale más seguido. Un hombre que tenga convicciones, pero que sepa respetar las mías. Con quien pueda andar codo a codo, nadie delante, nadie detrás. Un hombre por quien me desvele cuando estemos juntos y más cuando estemos separados. Que sepa besarme y tenga intuición para buscar en mi cuerpo las caricias que me pierden. Alguien con quien pueda jugar todo el tiempo a ser feliz y termine por creérmela. No pido mucho, solo a aquel que se crea capaz de lo imposible. Si no llega no importa, no le temo a estar sola y siempre he creído que el sexo con amor es lo más hermoso, pero el sexo sin amor, muy divertido. Vinimos a la vida sin saber por qué y sin haberlo pedido. Nos echan a andar de pronto y ni siquiera es alguien capaz de darnos un instructivo. Es trabajo nuestro tomar decisiones. Regarla a cada rato y estar busque y busque trapeadores del tamaño de nuestros errores. Se sufre mucho. Es un mundo ciego en el que a cada paso puedes pisar en falso y romperte la tatema. Por eso es tan importante que nos armemos de valor y vayamos siempre buscando la mejor ruta. Eso sí, la mejor, no siempre es la más fácil, lo más cansado y difícil son los caminos que suben, pero también son los únicos que te llevan arriba. Por eso, si me buscan, que por favor sea de subida.Así lo manifiesta, suscribe y ratifica en la ciudad más loca del mundo una noche de verano esta puta belicosa que no tiene más nada que hacer hoy, que beber las últimas gotas de este vino e irse a dormir con más decisiones que ayer, pero menos que mañana.

SinceramenteFernanda...

Escrito por Fernanda en Crónicas desde mi cama, el 14 de julio de 2007

miércoles, 4 de marzo de 2009

LAS HISTORIAS Febrero 2009 *Historia Ganadora*

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El concurso se trataba de inventar una historia breve a partir de la foto de arriba.

La historia que escribí es esta:


Miguel siempre quiso vivir en el campo. En una casa blanca de madera, con techo de dos aguas y una parcela al frente sin más nada que césped fresco. Cuando conoció a Esperanza dispuso de sus ahorros, compró el terreno y comenzó a construir la casa tal y como la había deseado siempre. Una vez que la tuvo terminada llevó a su novia para mostrársela. Allí mismo, sobre el parquet desnudo de la estancia, hicieron el amor con tal brío, que todo a su alrededor fue contagiado por su pasión. El aire se enturbió, los cristales se estrellaron y la madera crujió con sus caricias e ilusiones. Un beso bastó entonces para encenderlo todo. Las llamas cundieron por el vecindario calcinando todo.Cuando los bomberos llegaron, sólo encontraron una cicatriz de cenizas donde otrora estuvieran los amantes. En cambio, allí había un niño de unos seis años quien, impresionado, confundido y con signos indudables de amnesia, veía en silencio todo consumirse. Nadie supo nunca quien era ese muchacho, qué hacía allí ni cómo sobrevivió al fuego. A no ser porque resultaba una idea absurda, por su parecido con Esperanza, cualquiera habría pensado que ella lo había parido.

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Me gusta jugar, pero hay algunas cosas que también me gusta tomarme en serio. Creo que lo más chido de la vida es tomarla siempre con sentido del humor, onda de que si se te cae la mano, reírte de tu muñón, así duele menos y contagias alegría. De las cosas que me gusta tomarme en serio es aprender, sobre todo, aprender a escribir mejor. Por eso participo en algunos talleres de internet sobre literatura, de los cuales, a veces pongo mis participaciones en el Blog Taller “Plan B”. No porque me crea nada, sino por el gusto de aprender. Uno de ellos, es el taller de mi amiga Lorena Sanmillán, otro, en el que me animé a escribir desde hace poco, es el del maestro Alberto Chimal. El caso es que participé en el concurso de febrero de minirelatos que él organiza mes con mes en su blog “Las Historias” y ¡Zaz! ¿Qué creen? ¡Gané!Me siento muy contenta por ello y hasta apenada. Muchas gracias Angie, Gregorio, Josué, por notarlo.
Tomado del blog de Fernanda
Felicidades Fer tu espejo se alegra de tu logro

lunes, 2 de marzo de 2009

Utopia

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Miren, la neta, es muy sencillo, lo justo no siempre es lo correcto...

Si, por ejemplo, te metes el dedo en el asterisco. Te va a quedar justo... pero noooo es lo correcto

Metafísica de la trascendencia:

¿Qué le dijo la tortillera al filósofo?
No hay masa ya...

Ohhhhhhh

Matt, Matt... Leea usté en voz alta aunque parezca cotorro: No hay masa ya = No hay más allá

Posteado por fernanda en foro sexymx el 7 de agosto de 2008

sábado, 28 de febrero de 2009

En este momento estoy

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Estoy deseando leer
y buscar tu laberinto,
absurdo, verde, finito
donde se aleja constante,
la espada del héroe eterno,
que enloquece de amnesia
sin saber cómo sus dedos
discurren precaria tinta
que sin perder la constancia
ni sucumbir al fracaso
se mantiene resuelto
pues lo que hace al cazador
no es la muerte de Asterión
ni es el trofeo su presa
más satisface al laurel
que haya valido la espera


ESCRITO Y POSTEADO POR fERNANDA EN EL FORO SEXYMX EL 29 Enero 2009

martes, 17 de febrero de 2009

Memorias de una Geisha. El regreso.

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Hay quienes aseguran que una imagen dice más que mil palabras. Nueve mil palabras creo que ya les he dejado, por eso ahora ya hice llegar a Divas nueve imágenes que, espero, pronto puedan ustedes ver, pues bien dicen también que de la vista nace el amor.Sinceramente les doy las gracias a todos por su apoyo. Ya estoy de nuevo en activo. Un beso a aquellos que en estos tiempos me han hecho con sus palabras de respaldo, consejos y comentarios, la vida más divertida. Entiendo también a aquellos a quienes este regreso, entre lo sorpresivo y lo premeditado, pudo ofender. Aquellos que me han dicho que lamentan que todo esto haya sido una farsa o un plan de mercado para hacer un regreso expectante. Les agradezco su preocupación y les comento:En la vida no existe ni la verdad ni la mentira. Sólo formas diferentes de verla y de decirla. Yo nunca trate de dar una imagen de niña buena, ni siquiera de pecadora redimida. Soy una chava escort que disfrutó mucho el tiempo que trabajó con ustedes, que dejó el negocio por amor, que los conoció acá sin conocerlos pero sabiéndolos por sus letras y que un día, separada de ese amor, decidió volver. Amigos, yo ya viví de esto. Como ustedes viven de aquello a lo que se dedican y, aunque aquella vez que escribí por vez primera no imaginé que sería el principio de un camino de regreso, no puedo mentirles diciéndoles que no me pasó por la cabeza la pregunta sobre cómo me iría con ustedes ahora que conocen algo de mi como Fernanda, el personaje. Si ustedes se retiraran de aquello a lo que se dedican, ¿No les darían cosquillas vivir una situación así?Después de todo esta es la forma en que me he ganado la vida, por la que ustedes me conocen y sin juicios ni prejuicios me ha hecho su amiga picarona.Bueno, pues yo necesito trabajar. No estoy en problemas pero no puedo darme el lujo de no hacer nada. Por eso decidí volver. Era una idea que ya traía en la cabeza e incluso más allá. Al principio y por el bien del personaje Fernanda, que revela casi toda mi personalidad, pero que se atreve a cosas que yo no, decidí que volvería con otro nombre y de hecho así lo hice. Por lealtad a ustedes, no respondí a sus propuestas de subasta y galanterías, porque no iba yo a ofrecer algo que ya no tenía, la primicia de mi regreso. Lo que más trabajo me costó fue decidir cómo meterme a Divas, por eso les pregunté y todo. Ahora estoy de vuelta. Con 22 años, boobies nuevas, cabello rubio pero menos güero que antes y con muchas ganas de trabajar y divertirme con ustedes. En mis tiempos de Cameron me divertí mucho pero nunca participé en este foro. Hoy, como Fernanda y como su amiga, me encantará seguir leyéndolos y escribiéndoles, pero ahora como una chica más del club de las activas, igual de loca, de cachonda y de encantada de hacer con ustedes una fiesta de una hora con paradas en el cielo.
Un beso enorme y espero verlos pronto
Fernanda...

Escrito por Fernanda el 05 de agosto de 2006 en el foro Elite de ZD

lunes, 9 de febrero de 2009

Un breake

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Bien lo dice el viejo y conocido refrán: todo lo que empieza debe terminar.
El próximo miércoles será el último día en que esté dando servicio, a partir del jueves, estaré retirada por un largo, largo tiempo en el que estaré ordenando mis ideas y pensando en la vida. Creo que como a todos, llega el momento en el que una necesita tomarse un breake. Mi breake comienza el jueves, pero sólo del sexoservicio, seguiré escribiendo los martes y jueves en el metro, participando acá en el foro (vacunada por retiro de reseñas, sañas y lapidaciones) y, desde luego, contestando cosas en la sección correspondiente.

Estamos en comunicación y bueno, pues de aquí al miércoles a ver qué tal...

Besitos.

Publicado por Fernanda en el foro de sexyservidoras mx el 8 de febrero del 2009

miércoles, 4 de febrero de 2009

Feliz cumpleaños a mí

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Ayer, como cada día de la Candelaria desde 1984, fue mi cumpleaños. Me gustaría escribir que pasé un día maravilloso, en compañía de los meros cuates, apapachándome, recibiendo abrazos y cobrando la deuda de tamales a quienes les tocó el niño en la rosca de reyes, sin embargo, la neta es que para que esta columna pueda salir hoy, es necesario que la escriba a más tardar el domingo, así que mientras estoy escribiendo esto, todavía sigo siendo una mozuela de veinticuatro y aún el reloj no marca la hora en la que ya es válido sorprenderme con unos mariachis y con las llaves de un Audi envueltas para regalo
En cualquier caso, he de admitir que me chocan los cumpleaños. No es que sea una amargada prematura, ni que a mi corta edad comience a pensar el modo de restarle antigüedad a mi acta de nacimiento. Sigo en la época en que mi piel es suficientemente firme, mi rostro fresco, mis carnes aun desafían la fuerza de la gravedad y mi lívido es tan brioso como la tarde en que mis dedos descubrieron la magia de los orgasmos, no se trata pues de miedo a irme haciendo vieja, porque sé que para eso todavía le cuelga un titipuchal, francamente me choca mi cumpleaños porque me da mucha flojera convertirme en la curiosidad del día, nomás porque es la fecha en que tuve la desafortunada ocurrencia de escaparme de la confortable y calientita barriga de mi madre.
Por eso prefiero las celebraciones sencillas, casi íntimas. Unos pocos amigos que pueda contar con los dedos de mis manos, música, buena conversación y una que otra golosina y aperitivos para pasarla chido Lo importante es que la fecha no sea más que un mero pretexto para amanecernos en el cotorreo
Me encantan los cumpleaños así, hace algunos años tuve uno fenomenal de ese estilo. Ese día había decidido no trabajar, pero regresaba de hacer ejercicio cuando recibí una llamada de uno de mis amigos, advirtiéndome que me pasaría a buscar para celebrar mí cumple. Acepté pero le dije que primero tendría que pasar a la casa a cambiarme. Él se encargó de convocar al resto de los cuates y fuimos a cenar aun restaurantito muy mono de Polanco. Después, él nos invitó a su depa a seguirla y todos nos fuimos en caravana con ánimo de sacarle a la noche el mayor de los provechos.
Era un grupo pequeño, el dueño del departamento y organizador de la pachanga, dos muy buenas amigas y otros tres cuates. Estábamos pasándola a todo dar cuando, ya casi a media noche, llego al depa un primo de mi cuate que vive en Monterrey, pero que se estaba quedando unos días con él en su departamento. Era un tipo precioso. Delgado, espalda ancha, más o menos uno noventa de estatura y una cara de travieso que daban ganas de morderlo.
La noche siguió su curso Brindamos tantas veces que para cuando el último invitado se había ido, ni mi amigo, ni su primo ni yo estábamos en condiciones de manejar hasta mi casa. Dije que tomaría un taxi, pero ellos insistieron en que lo mejor era que me quedara a dormir allí
Nos quedamos sentados en la sala, cansados y bien pedos, pero estuvimos platicando por un buen rato El primo resultó además un tipo divertidísimo. A los pocos minutos mi amigo se quedó dormidísimo. Con la cabeza tirada hacia atrás y las piernas bien abiertas comenzó a roncar con tal potencia que habría puesto celosos a los leones del zoológico. Yo también me sentía cansada, cerré los ojos y eché la cabeza hacía el respaldo. Comenzaba a vencerme el sueño, cuando sentí unas manos acariciar mi cuello No abrí los ojos, sencillamente lo dejé acariciar. Sentía riquísimo. Sus manos fueron descendiendo hasta tocar mis pezones, por encima de la blusa, luego mi ombligo, mis costillas, hasta posar su mano en mi espalda y darme un beso suave y tímido.
Entonces fue a mi falda. Con mucha facilidad me despojó de ella e hizo que abriera mis piernas, sus dedos con paciencia buscaron mi sexo, y lo sintieron hincharse y gozar de varios espasmos. Lo sentí ponerse de rodillas frente a mí, para hacer con su lengua delicias entre mis piernas. En pocos minutos logró que tuviera uno de los orgasmos más memorables que he tenido en mi vida.
Dicho en otras palabras: Ir a cenar con los amigos, $400 pesos por persona, comprar botellas y botanas para seguirla en casa de uno de ellos, $200 pesos, cargar con condones de emergencia por si se tiene suerte en cualquier momento, $90 pesos, que un cabrón con cara de modelo y cuerpo de sueño erótico te ponga una mamada inolvidable el día de tu cumpleaños ¡no tiene precio! Por eso desde entonces cuando sé que alguien debe hacer algún regalo, yo siempre recomiendo que regale sexo oral.
Besitos Cumpleañeros
Fernanda Siempre
Hasta el jueves

Escrito por Fernanda, publicado en el periodico metro de la Ciudad de Mexico el martes 3 de Febrero de 2009
imagen de Fabian Garcia propiedad del periodico metro adaptación franbar

lunes, 2 de febrero de 2009

Feliz cumpleaños Fer...

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A una buena amiga
¡Yo quiero felicitar!
es motivo de alegría
¡El cumplir un año mas!

eres tú para mí
gran amiga y consejera
por eso quiero decirte
que como tú ya no quedan más

te deseo de corazón
que pases un buen día
y te digo con razón
Gracias por ser mi amiga corazón

solo me queda desearte
que puedas cumplir muchos años más
en compañía de todos aquellos
que te queremos de verdad

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adaptación de un escrito encontrado en la red

martes, 27 de enero de 2009

La crisis


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Últimamente se ha puesto de moda la palabra "crisis". Cada que prendes la tele, escuchas la radio, lees el periódico o conversas con alguien, es probable que este escabroso tema salga a colación como el fantasma ruin, que amenaza nuestras monederos. Lo peor es que para defendernos, no podemos sino desear que conforme las cosas se vayan poniendo mis peliagudas, la providencia nos ayude a irla librando.
Creo que yo, como la mayoría de la gente, no sé a ciencia cierta qué diablos pasó ni por dónde fue que se fastidió el asunto. Un día, de pronto, se anunció en los noticieros que había quebrado un banco y al otro ya estaba el mundo entero en medio de una broncota Tamaño rotoplás. No sé si todo es culpa del gringo loco al que avientan zapatazos o si cada quien hicimos o dejamos de hacer algo que nos jodio, pero la neta es que me preocupa. Para empezar, y como una forma de solidarizarme con los amigos que, en medio de todo esto, también merecen un poco de olvido, puse por unos días mis servicios en promoción, cobrando casi la mitad de lo que pedía en 2008. Pequeño, pero es mi granito de arena. De todas formas me quedé pensando si se puede hacer más.
Es curioso que hace apenas unos años, pasaban en la tele comerciales diciendo que los niños de estos tiempos ya no sabían lo que significaba la palabra crisis. Insinuaban que si la escuchaban tendrían que ir a buscarla a un tumba burro? Como si fuera una de esas palabras raras que nadie usa. La verdad a mi si me tocó entenderla y vivirla en carne propia.
Ya lo he contado en otras ocasiones, pero ahorita va muy a tono con el tema: Yo nací en una situación privilegiada. En mi casa no sólo nada faltaba, sino que nos acostumbraron a lujos y comodidades, que veríamos desaparecer de pronto, como efecto de una crisis que se vivió por allá de mediados de los noventa. Para cuando entró el siglo XXI, de la lana y propiedades que tenia la familia apenas quedaban unas cuantas cosas y muchos recuerdos. He dicho que jamás sabré si papá murió porque nos quedamos pobres, o si nos quedamos pobres porque papá murió, el caso es que conforme aquella crisis y las deudas que trajo consigo fueron llevándonos a la bancarrota, mi papito fue haciéndose chiquito, chiquito hasta que terminó por apagarse. Hay quien dice que lo mató un infarto, pero yo sé que todo aquello acabó por romperle el corazón.
Naturalmente, a partir de esa crisis mi vida dio tremendos giros y torceduras. Se dieron lugar una serie de acontecimientos que fueron llevando a otros y a otros, hasta que terminé por resolver mis emergencias inscribiéndome al gremio más antiguo del mundo. Cuando una chava tiene buena percha y poca lana, sobran las billeteras caritativas dispuestas a cambiar fondos por caricias. Fue cuestión de dejarle al tiempo convencerme, sin falsos prejuicios, de que era un camino digno y honesto para que nada faltara en mi refri. Sin embargo, a veces me pregunto qué sería de mi hoy, si no hubiera tenido que vivir las consecuencias de aquella crisis. Es probable que habría terminado una carrera y. aunque seguramente seria bien locochona y calenturienta, ¡o más seguro es que lo haría por puro gusto y no como medio de llenar la alacena.
Por eso ahora, cuando alguien me habla de la crisis siento una punzada en la barriga y aunque, como dice Gloria Trevi, estoy dispuesta a salir a partirme la mandarina en gajos todos los días para tener con qué comprar la chuleta, la neta es que me da ñañaras saber que no depende sólo de mi el asunto de salir adelante,
En cualquier caso, creo que tenemos que ser fuertes para lo que se venga Es chamba de todos estar preparados. Pensar que algo grande sucedió y está sucediendo allá, donde no podemos hacer nada. ¿Qué sabemos la mayoría de bolsas de valores, de rescates financieros o de todas esas palabras que se han puesto de moda? Sabemos de la bolsa del mandado y del rescate de nuestras quincenas. De eso tenemos que ocupamos. Es hora de estar listos, hay que conocer al vecino, preocuparnos por lo que le pasa al otro. Estar al pendiente de que una chavita no tenga que vender las pompis por primera vez para ganarse unos pesos, que un papá no se muera de tristeza porque lo va perdiendo todo, o que una mamá tenga para alimentar a los suyos. En tiempos de crisis lo que puede salvamos es estar unidos. Dar abrigo, alimento y calor a quien lo necesite. Pensar que nada sobra, cuando a alguien le falta. Sólo la esperanza vence los problemas grandes. Perdón si me puse cursi.

Un beso
Fernanda Siempre...

Escrito por Fernanda y publicado en el periodico metro de la Ciudad de Mexico el dia martes 27 de Enero de 2009
imagen de Fabián Garcia propiedad del periodico metro

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domingo, 25 de enero de 2009

Memorias de una Geisha. Cómo me volví Diva. (o La historia de cómo me inicié en el oficio)

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Estimados amigos, para celebrar y agradecer mi registro y mi hermosa R, les dejo el borrador del primer capítulo de las memorias con la historia de cómo me metí en esto. Espero que les guste:
Soy mexicana, alegre, relajada y de una familia tan normal como la de cualquiera. Crecí al sur de la Ciudad de México, en una colonia de esas de clase media pa’ arriba. Estudié en buenos colegios y digamos que estuve rodeada de esos parásitos que se llaman a sí mismos “gente bien”. Viví una infancia agradable, durante la cual nada me hizo falta. En 2002, cuando tenía 18 años, comencé a trabajar de piruja fina anunciándome en un sitio de Internet que comenzaba a ofrecer ese servicio.
Una no nace profesional, pero lo puta es algo que se lleva dentro. Yo nací con esa vocación. Mi primera relación sexual fue a los catorce, con un tipo casado y que me doblaba en años (y en otras cosas). Fui su amante por un tiempo y mantuve con él las más libertinas relaciones que a esa edad podían vivirse.
Pero en este país, la fortuna puede ser sólo una suave línea que separa la farsa de la realidad. A estas alturas no sé si mi papá murió porque nos quedamos en la calle o si nos quedamos en la calle porque mi papá murió, el caso es que de la noche a la mañana pasé de ser una niña consentida a indigente. De pronto me arrebataron todo lo mío y mi mamá comenzó a dar clases de inglés por unos cuantos pesos que no alcanzaban ni para pagar los gastos de la casa. Y no es que me tire de a mártir, porque de entre los muchos papeles que podré jugar en la vida, creo que ese es el que menos me queda. Simplemente son cosas que pasan; pero se siente de la fregada cambiar tan de repente el ritmo de vida.
Lo fuimos perdiendo todo poco a poco. Yo, que siempre había disfrutado tanto los obsequios de la buena vida, tuve que hacerme de un trabajo miserable. Conseguí con un cuate, previa entrega de las nalguitas, una chamba mal pagada como instructora de spin. Toda la vida he hecho ese ejercicio y estoy capacitada de sobra para conducir un grupo. Pronto tuve a mi cargo a varios grupos de viejas regordetas, muchachas anoréxicas, algunas muñequitas fresas y uno que otro maricón.
A la sesión de las 11 de la mañana venía una chica argentina. De unos treinta y pocos añitos, rubia, delgada y de grandes ojos azules. Magnífico cuerpo y bello rostro. Me cagaba verla llegar todos los días con diferentes pants (siempre de marca) y salir vestida del spin como muñeca. Tenía un porte estupendo y arrogante. Casi no hablaba con nadie. Yo estaba segura de que se trataba de una tipa fresa (digo, importadas y todo, pero donde quiera hay niñas fresas) mujercita de un marido rico que le mantenía su holgazanería. Me daban unas ganas locas de ser ella.
Después de todo y pese a lo que cualquiera supondría, la argentina resultó simpática y de repente nos hicimos amigas. Se llamaba Paty y vivía en la colonia Roma, a unas cuantas calles del spin, pero supe a qué se dedicaba sólo después de haberle contado las calamidades que estaba viviendo.
Es fácil, me dijo, se gana mucha plata, sólo es cosa de tomarla con calma y podés salir de apuros.
Puedo decir que antes de eso la idea ni siquiera había pasado por mi cabeza. Es más, hasta puedo afirmar que me ofendí. En cualquier caso estaría mintiendo. He llegado a pensar que todas las mujeres en algún momento de la vida soñamos con la idea de tener sexo por dinero. La diferencia es que lo que para la mayoría es sólo fantasía, habemos algunas que lo llevamos a la práctica. Ganándonos, desde luego, la envidia y el rencor de aquellas que nunca se atrevieron.
Después de todo, pensé, ya había conseguido muchas cosas a lo largo de mi vida poniendo a mis nalgas como intermediarias, siempre con magníficos resultados, pero sin duda inferiores a los que podría obtener tasándoles un arancel justo.
También mentiría si les digo que fue fácil. Parece sencillo, ponerle precio al cuerpo como si se tratara de etiquetar papas en el supermercado, pero siempre es difícil hacerse a la idea de que le estás poniendo un importe a tu intimidad. Estoy de acuerdo con que la virginidad, el pudor y la sexualidad están sobrevaluadas, pero siempre pesa la duda sobre hasta dónde llega lo que entregas.
Luego vienen dos obstáculos a salvar: el miedo y el asco. Siempre se corren riesgos en la vida, pero llegar a un cuarto de hotel a buscar un hombre solo, al que nunca antes has visto, sin más protección que tu buena suerte y muchos condones, no es la mejor idea de seguridad para una muchacha medio fresa y con apenas 18 abriles encima (menos en una ciudad como ésta); y la idea de encontrar tras la puerta un hombre sucio y repugnante al cual tengas que abrirle la piernas y el alma para atenderlo, no es precisamente la imagen de una velada romántica.
Pero cuando existe vocación, esas cosas se superan sin mayor problema. Claro, creo que como los artistas, que dicen que siempre sienten los mismos nervios antes de entrar al escenario, nosotras también, antes de tocar a la puerta regresa un poco de ese miedo y ese asco que dan la incertidumbre, pero invariablemente el temple te permite salir airosa de cada encuentro.
Mi anuncio con fotografía apareció en Internet más o menos una semana después de mi charla con Paty. Esa tarde comencé a atender llamadas.
Cuando se es propensa natural a las artes de la putería, una se hace experta de la noche a la mañana. Es como un don. Es muy sencillo. Los hombres no quieren simplemente gozar. La fantasía, la madre de todas las quimeras masculinas es, para sorpresa de cualquiera, que la mujer con quien comparten goce. Creo que es el único acto realmente generoso de su sexo. Para que un hombre disfrute realmente de una relación por la cual pagó no es suficiente que tenga el más impresionante de sus orgasmos; es necesario que esté seguro de que su pareja también lo gozó.
En este oficio aprendemos a conocer los ritmos y las reacciones de nuestros clientes. Si un hombre quiere que lo hagamos sentir poderoso, se va creyendo que es dios. Si un cliente espera sentirse amado, aquí encuentra unos pechos donde guarecerse, si lo que quiere es sólo sexo, acá está esta piel que en cada centímetro se entrega con la única intención de complacer.
Al primer cliente lo atendí en el Hotel Revolución. Era mayor de treinta pero menor de treinta y cinco. Entre sus brazos, desde aquella primera vez, aprendí muchos de los secretos del oficio. Cruzar esa puerta fue el paso más difícil que he dado; dejarla abierta como un buen modo para subsistir y recrearme mejoró mi vida. Después de todo, somos un bien necesario. Somos la promesa de que todo es posible. Más que cuerpos tibios con tacones, faldas cortas y escotes, supe que me había convertido en una tregua. Ese tiempo y ese espacio donde un hombre podría abandonarse a su fantasía. Comprendí, entonces, lo que era ser y sentirse mujer, en toda la extensión de la palabra.
Escrito por Fernanda, y posteado el 18 de Julio de 2006 en el foro Elite de ZD

sábado, 24 de enero de 2009

Memorias de una Geisha. Nunca podré olvidarlo

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Una nunca sabe, cuando el sol te obliga a abrir los ojos, sí esa será la mañana del día en que te cambiará la vida. Todos pasamos por un momento en el que algo pasa, una rama que se quiebra, una vuelta equivocada, un plantón inesperado de perredístas, una persona que se atraviesa por tu camino.
A veces, ese evento puede cambiarte la vida para mal (una piedra en el camino que al hacerte chocar, te condena a vivir en silla de ruedas) o para bien (la llamada que recibes de un cliente y que te lleva a redescubrirte).
En principio no es otra cosa que una llamada más. Incertidumbre y un poco de miedo. Un eco al teléfono, un pasillo de hotel, una puerta con promesa de misterio, un hombre sin rostro, un cuerpo apremiante y la desconocida historia de la vida de un extraño. Para ti, entregarte a él es sólo parte de tu tarde y una forma de ganarte la vida.
Al abrirse esa puerta se dibujan ojos, boca, manos, pies. El cuerpo impreciso toma forma, tamaño, color, aroma, sabor, textura. La química irrumpe de inmediato, casi violenta. Aun entonces no sabes si esa persona pasará de largo por tu cama compartiendo sólo tiempo, caricias y fluidos, o si tendrá suficiente magia para dejar huella. Las palabras pronto juegan su juego.
Él me llamó aquella vez como a las dos de la tarde. Cuatro horas después lo encontré en una villa del hotel Patriotismo. Platicamos del clima, del tráfico e hicimos el amor. Su cuerpo hizo lo suyo sin delicadeza. Luego se tumbó desnudo a mi lado, exhausto y satisfecho. Cuando más consolidado estaba el silencio, me di cuenta de que tenía clavados en mí sus ojos. Su mirada era tan insistente que comenzaba a incomodarme.
-¿Qué me ves?- Fue lo único que supe preguntarle, disfrazando como siempre mi inquietud tras una sonrisa.
Cuando una hace esa pregunta espera como respuesta algo así como “Que estas muy linda”, “Tus ojos” o cualquier otra frase hecha que se le parezca, pero nunca esperas lo que oí salir de los labios de ese tipo.
-Te estoy memorizando- dijo -Me estoy muriendo y me quiero llevar tu recuerdo-
Un calambre helado me recorrió el cuerpo y dejó estacionado un dolorcillo en mi vientre.
- Tengo cáncer. Ahora que muero, vivir es lo único que me queda -
Platicamos largo rato. Me contó lo mucho que le dolía el tiempo que había perdido. Los planes que dejó pendientes y todo lo que tenía pospuesto. En sus ojos había una llama desesperada, que ardía para apagarse. Estar conmigo era una de las cosas que había deseado sin cumplir.
Yo siempre había pensado que estar conmigo era el capricho de algunos hombres con dinero suficiente para darse un gusto. No pasaba por mi cabeza la idea de mi cuerpo como un propósito a cumplir.
Me conmovió mucho cuando me dijo que no quería irse sin estar con una mujer como yo. Para mí, que siempre me he visto como una chica, quizá simpática y coqueta, pero nada del otro mundo, oír esas palabras me cimbró el alma. Me lo dicen a veces, aunque nunca me lo creo; pero cuando te lo dice una persona en tránsito a su muerte, no puedes menos que confiar en su palabra.
De pronto me miró fijamente y preguntó -¿Te imaginas cuánta gente está ahora en su casa o en su oficina pegado a la computadora soñando con tenerte, mientras yo estoy aquí abrazado a tu cintura?- Guardó silencio largo rato sonriendo y luego me besó. Hicimos el amor de nuevo. Lo hicimos suavemente y sin prisas.
Esa noche sólo pude pensar en lo afortunada que soy. Pude valorar mi salud y la posibilidad que tengo de seguir cumpliendo mis propósitos sin prisas ni ultimátums. Reconocí mi obligación de no perder el tiempo, de no quedarme con las ganas de nada, de disfrutarlo todo y darme lo que me pido. Después de todo, mientras a nadie dañe, lo que me hace feliz no puede ser malo. Decidí pues que ser yo iba a ser mi vocación y mi trabajo. Entendí también que darles a ustedes ratos de dulce alivio y contagiarles estas ganas de vivir, era una manera maravillosa de hacer en la cama lo que mil terapias no hacen en un consultorio.
Cuando nos despedimos, me dijo que no volvería a verme. Que como todos los días conozco a tanta gente, sabía que yo no lo recordaría. La verdad es que, aunque no lo he vuelto a ver, nunca podré olvidarlo.

Besos
Fernanda

P.D. Gracias Cucho por tus hermosas palabras. (Ars longa, vita brevis)
Escrito por Fernanda El 07 de Agosto de 2006 en el foroElite de ZD

jueves, 15 de enero de 2009

Amigos, Simplemente Amigos...

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Una nunca sabe como una amistad comienza a convertirse en otra cosa. Siempre hay amigos a los que se quiere mucho, que de pronto te anuncian sentirse enamorados. Aunque en todos los casos es un halago, no siempre es posible corresponder a ese afecto. En nuestro oficio, esos casos son todavía más complicados; especialmente cuando el amigo en cuestión se acostó contigo desde el día en que lo conociste. Migue fue un cliente, luego mi amigo, más tarde un enamorado y al final un despecho.
Lo quise mucho y bien. Era joven (33), soltero y muy simpático. La tarde en que nos conocimos hicimos clic, su forma de hablar me encantaba y la manera en que me tocaba me complacía. Sus brazos eran fuertes y tenía un modo de hacer el amor entre lo tosco y lo tierno que aquella vez logró robarme un orgasmo. Era tan agradable que conseguía que me abandonara a mis sentidos en sus brazos y realmente disfrutara estar con él. Era un poco gordito, pero a mi no me molestan los hombres con algo de mantequita, al contrario, los disfruto mucho, ja ja ja.
Aquella tarde estaba contenta, de modo que a la hora de la despedida, cuando se ofreció a llevarme a mi departamento, no sólo acepté sino que lo invité al cine. Eso fue muy irregular, pues es mi política no aceptar salidas de nadie. Al terminar la película él me invitó a cenar. Pasamos una tarde formidable y comenzamos una maravillosa amistad. De cuando en cuando me llamaba o yo a él. Salíamos, charlábamos; se volvió mi confidente. Conoció a mi mamá y yo a sus hermanos, en fin. Algunas veces terminábamos en la cama y disfrutábamos como locos, siempre, desde luego, con el debido pago de su tarifa.
Ser tomada por alguien por quien sientes afecto, sin compromisos, es como la combinación perfecta de las delicias del amor y del pecado. Para mi era extraordinario hacer el amor con un amigo. Lo malo es que para él no lo era. Cuando menos dejó de serlo cuando dejó de verme como amiga.
La noche que en su carro me confesó estar enamorado, no atiné a hacer otra cosa que salir corriendo. Hablamos días más tarde, me pidió que dejara el “negocio”, exhibió sus sentimientos. Cada palabra que pronunciaba, hacía más chiquito mi corazón; no porque como mujer su afecto no me llenara de satisfacción, sino por la imposibilidad de que mis sentimientos le correspondieran. No estaba en mí en ese momento dejar el servicio, menos por un hombre al que quería, pero no amaba.
Poco a poco los incidentes en nuestra relación fueron extinguiendo la chispa de lo que fue nuestra amistad. Peleamos, nos ofendimos, dejamos de vernos, sin embargo aún ahora, cuando busco en los recuerdos los momentos gratos de mi paso por la vida de escort, su evocación regresa como una de las almas más generosas que conocí en un cuarto de hotel y en una vida.
Con amor
publicado el 02/Ene/2007 por Fernanda en foros mi arroba en el foro de fernanda

Necesito contarle a alguien…(CONCLUSIÓN Y EPILOGO)

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Hola Mario. Supongo que no tenemos el gusto pues soy made in México, pero leí tus escritos y, buscando darte ánimo, no encontré mejor manera que decirte que todo en la vida tiene su como y su porqué. A veces, cuando vas con la cabeza pa' abajo y renegando de lo mal que están las cosas, es justo cuando detrás de ti viene correténdote la fortuna para tocarte el hombro. Después de todo cuando se cierra una puerta,se abre una ventana.

El adiós y el engaño son tragos muy difíciles de pasar, por amargos y porque se atoran. Pero ponles dulcecito y mucha agua pa' que resbalen. Recuerda los momentos en que te sentiste el rey del mundo caminando al lado de la paisana de Shakira, recuerda que iba de tu mano y cuando volteabas te veías en sus ojos verdes como los de Scarlet Johanson y piensa en la infinita alegría que te daba perderte en su cuerpo. Recuerda la alegría que te causaba simplemente escucharla al teléfono o esperarla en el areopuerto. No saques la calculadora para tasar tus recuerdos, porque esos no tienen precio. Ella se fué, se lo pierde. Lo que viviste, es tuyo y a lo que sigue, que ten por seguro, es lo que Scarlett está haciendo.

No trates de sustituir. Vive y deja que los dolores se asienten. Vive tu pérdida y tu dolor y, sobre todo, deja de buscar. La extranjera de tus sueños llegará sola, recuerda que en esto del amor, sólo el que no busca, encuentra.

PD: Haz mucho caso a las observaciones de Knight.

Besos Fer

escrito por Fernanda el 25.02.2007, en el foro Elite de zonadivas

jueves, 8 de enero de 2009

Memorias de una Geisha IV. Él

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Cuando sueño a veces me visitan los recuerdos de mi andar de puerta en puerta, en pasillos obscuros y alfombrados, en cuartos con ese olor a limpio urgente, artificial. Pero sobre todo, me viene la imagen de esos hombres sin rostro o con todos los rostros que me desean y me tienen, pero de todos los amigables fantasmas, la visita recurrente es la de ese hombre.
Era un tipo de León, Guanajuato. Fuerte, alto, de buen porte. Dueño de una fábrica de zapatos y que tiene entre 40 y 50 años. La primera vez que me llamó, me recibió callado. Olía rico. Se sentó y, con un ademán frío, me pidió que hiciera lo mismo. Se quedó callado, examinándome de pies a cabeza. Observándome con calma. Cuando mi sonrisa comenzó a pasar de tímida a nerviosa, me tendió una mano.
Se levantó y suavemente me jaló hacia el. Retiró algunos rizos que caían sobre mi cara y me besó. Ese beso, con su aliento fresco y sus brazos fuertes me bajó la guardia. Supe que era suya, pagara o no. Mi boca reaccionó tratando de devorar la suya. De hacer mía la tibieza de sus labios.
Mi sexo punzaba sin habernos casi dirigido la palabra. El episodio fue inolvidable. La fuerza y la dulzura de lo que en la cama me hizo es tan difícil de narrar, como es difícil explicar la belleza del viento fresco. Si cabe la comparación, fue como ser poseída por un león manso.
Me colgué de su espalda, se aferró a mi cintura, me exploró, me violó, me complació.
Se convirtió pronto en uno de mis clientes regulares. La regla del juego era hablar lo menos posible, el resultado era un halo de misterio que me hacia encenderme al sólo ver su número brillar en la pantalla de mi celular. Hoy el bello de mi cuerpo se exalta al simplemente recordar el rigor hermoso de sus embestidas, su olor dulce, su amor fácil, sus manos sabias, su cuerpo en el mío. No lo he vuelto a ver, pero a veces, sólo basta con cerrar los ojos y con el deseo, viene.Cuando sueño a veces me visitan los recuerdos de mi andar de puerta en puerta, en pasillos obscuros y alfombrados, en cuartos con ese olor a limpio urgente, artificial. Pero sobre todo, me viene la imagen de esos hombres sin rostro o con todos los rostros que me desean y me tienen, pero de todos los amigables fantasmas, la visita recurrente es la de ese hombre. Era un tipo de León, Guanajuato. Fuerte, alto, de buen porte. Dueño de una fábrica de zapatos y que tiene entre 40 y 50 años. La primera vez que me llamó, me recibió callado. Olía rico. Se sentó y, con un ademán frío, me pidió que hiciera lo mismo. Se quedó callado, examinándome de pies a cabeza. Observándome con calma. Cuando mi sonrisa comenzó a pasar de tímida a nerviosa, me tendió una mano. Se levantó y suavemente me jaló hacia el. Retiró algunos rizos que caían sobre mi cara y me besó. Ese beso, con su aliento fresco y sus brazos fuertes me bajó la guardia. Supe que era suya, pagara o no. Mi boca reaccionó tratando de devorar la suya. De hacer mía la tibieza de sus labios.Mi sexo punzaba sin habernos casi dirigido la palabra. El episodio fue inolvidable. La fuerza y la dulzura de lo que en la cama me hizo es tan difícil de narrar, como es difícil explicar la belleza del viento fresco. Si cabe la comparación, fue como ser poseída por un león manso. Me colgué de su espalda, se aferró a mi cintura, me exploró, me violó, me complació. Se convirtió pronto en uno de mis clientes regulares. La regla del juego era hablar lo menos posible, el resultado era un halo de misterio que me hacia encenderme al sólo ver su número brillar en la pantalla de mi celular. Hoy el vello de mi cuerpo se exalta al simplemente recordar el rigor hermoso de sus embestidas, su olor dulce, su amor fácil, sus manos sabias, su cuerpo en el mío.
No lo he vuelto a ver, pero a veces, sólo basta con cerrar los ojos y con el deseo, viene.
Escrito por Fernanda, y publicado el 15 de Mayo de 2006, en el Foro Elite de ZD

Memorias de una Geisha. Gracias

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Queridos foristas (Mozart incluido):

Hace mucho (una semana), cuando decidí desahogarme con ustedes, contar en episodios pedazos de recuerdo, me movió sólo la idea de calentarme las entrañas. De traer a colación aquellos ratos veces tristes, veces maravillosos que viví de cama en cama y de boca en boca.

Sentir de nuevo el abrazo lujurioso del amigo extraño que, sin más, no sólo deja su dinero, sino que se esfuerza en complacerte. La magia de este juego, su encanto, es cuando te das cuenta de que un cliente se olvida de que paga y se desvive por hacerte sentir cómoda, princesa, por suavizar su penetración, por jugar contigo y por ser amable hasta en el sexo más rudo.
Disfruté de ustedes y de su compañía. De sus charlas en la cama, sus caricias, su pecho tibio en donde descansar. A veces estaba harta y no podía abrir las piernas una vez más, ya tenía ganas de dejarlo cuando lo hice, pero a veces, cuando estoy sola y un fuego tosco me crece en el abdomen, siento ganas de que el teléfono suene y salir corriendo a encontrarte sin saber quien eres. A que me llenes con un pedazo de tu cuerpo. A que apagues el vacío.
Hoy, después de leer estas opiniones agradables me sentí como entonces y mi cuerpo se estremeció como cuando los tenía cerca y me acostaba con ustedes. El abrazo de sus palabras y la comodidad en el pecho firme de su solidaridad es algo por lo que sólo me resta darles las gracias.

Un beso
Fer

Escrito por Fernanda, y publicado el 15 de Mayo de 2006, en el Foro Elite de ZD

Memorias de una Geisha. Replica

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Estimados foristas regulares, eventuales y advenedizos (no se ofendan, yo me asumo advenediza):
Soy mexicana, en 2002, cuando tenía 18 años, comencé a trabajar en el servicio escort anunciándome en un sitio que comenzaba a ofrecer esta prestación. El año pasado, con la vida más bien resuelta decidí dejar el oficio.
Nunca, en esos años, seguí el foro; pero ahora, con la distancia que da el tiempo y reconociendo que de aquella experiencia me quedo con más recuerdos buenos y divertidos que de los otros, decidí contarles.
De inmediato aparecieron las dudas. Que si no existo, que si lo que escribo es plagio, que si es de alguna página española, etcétera. No sé hasta que punto se puede “piratear” algo, pero lo escrito por mi es mio y sólo está en este foro. No sé como estas letras pudieran calificarse de robadas, si la palabra es pública.
Les cuento: Quiero escribir un libro para contar mi experiencia, sin remordimientos ni dobles morales, de lo que es ser una chica de acompañamiento. Quiero que se sepa de mi carrera por el libertinaje y mi llegada a buen puerto, sin cargar con traumas ni remordimientos. Creo que lo que hice y lo que hago me hizo bien y a nadie dañó.
Pensé en ustedes como los mejores jueces para lo que estoy emprendiendo, quien sabe, quizá a nadie le interese publicarme pero tengo mucho que contar. No sé por qué, de entrada, me descalifican. Ustedes nos conocen, quienes estamos en este oficio, a este nivel no somos chicas tontas. Muchas tenemos educación superior y podemos juntar palabras, hacer enunciados inteligentes, sin tener que plagiarlos.
¿Acaso para ser veraz tengo que decir:
Mi primer cliente:
Cara: 7
Cuerpo: 5
Oral: 8
Pito: 10?
Yo creo que no. Yo creo que un foro es para las letras y las ideas. Y mi historia era para ustedes. Espero que una editorial la publique algun día y quieran leerla.
Un beso cariñoso
Fer

PD Los extraño (a veces)

Escrito por Fernanda, y publicado el 15 de Mayo de 2006, en el Foro Elite de ZD

Memorias de una Geisha III. El aro

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La primera vez en todo es siempre especial, el resto suele ir construyendo la rutina. En el servicio escort esa rutina viene pronto y el orgasmo rara vez. Al principio la emoción por la incertidumbre de lo que aparecerá al abrirse la puerta de una habitación de hotel ocupa un espacio que le pone sabor al trabajo. Los hombres que nos llaman tienen entre los veintimuchos y los cincuentaipocos; son de buena posición y de muy distintos rangos de comportamiento y cultura. Los hay cachondísimos, timidos, agresivos, inseguros, lentos, rápidos, fuertes, débiles, gordos, flacos, chaparros, altos, guapos, feos, aburridos, interesantes... Sus penes son también de todas las formas, tamaños y colores posibles y su forma de abordar el sexo es también surtidita en alternativas. Pero hay tres cosas que se repiten en la mayoría de ellos: todos quieren besos en la boca, a muchos les encanta que les des una mamada sin condón (viniéndose en tu boca) y dos de cada tres preguntan si haces anal. Creo que uno de los factores que condicionó el que me fuera bien, es que las tres cosas me encantan y las tenía en mi catálogo de servicios. Los besos es una forma de hacer que un cliente se vaya satisfecho, el oral terminado es una delicia y el anal es una manera rica de ganar un poco más. No es mi hit, pero me gusta el sexo anal. En mi vida privada (antes de hacerme vida pública) lo había hecho algunas veces con mucho gusto, pero en mi trabajo pocas veces resultaba placentero. Hay algunos hombres que tienen vergas realmente gruesas, sientes que el esfínter te revienta cuando penetra con violencia en ese espacio estrecho. Hay otras vergas cuya longitud espectacular te hace sentir que te atraviesa. El dolor es monstruoso aunque, he de admitirlo, una vez adentro la cadencia del movimiento se significa en sensaciones únicas y deliciosas. Sin embargo, para no arriesgar, una noche, tomé la decisión de anunciar mi servicio anal sólo después de haber visto la verga que lo penetraría. Aquella noche fui cogida no por un hombre sino por un caballo. Las enormes dimensiones de su cuerpo y de su pene me dejaron helada. Ya por teléfono habíamos pactado el arancel por el servicio (anal incluido), pero –ingenua de mi- pensé que como otros, podía haber preguntado sin pretender realmente aquel segundo servicio. Al principio me cogió por el hueco convencional. Su gigantesco animal se clavó entre mis piernas abarcándolo todo. Sentí mí cuerpo indigestarse, acapararlo todo por la presencia de su hombría imponente. Sentí sus convulsiones al vaciarse, sentí como me palpitaba dentro. Cuando me lo sacó seguía firme, desafiante. Se quitó el condón y me puso su verga húmeda en la boca. Le limpié el semen con labios y lengua. El segundo episodio tardó un poco. Charlamos en la cama. Estaba exhausta y trataba de distraerlo para dejar correr el tiempo. Ese día había atendido ya a otros clientes y mis ganas de estar en la cama no eran precisamente para estar cogiendo.De pronto, me tomó por la cintura y me puso boca abajo. Acariciándome cadenciosamente recorrió con su lengua mi espalda hasta detenerse en mis nalgas. Con sus manos enormes me las separó y comenzó a mamarme el culo. Me mojó considerable con su saliva, lamió las hendiduras y las comisuras. El placer de sentir ahí su lengua me abarcaba toda, pero el miedo de que pensara introducir ese monstruo en un agujero tan pequeño me helaba. Se puso un condón mientras metía dos dedos en mi culo y vencía la resistencia del esfínter. Entonces sucedió. Su verga colosal comenzó a abrirme en dos clavándose lentamente por mi ano. Solté un grito franco y las lágrimas brotaron de mis ojos. Clavé las uñas en la sábana y soporté la envestida brutal de aquella fiera que se estaba haciendo de mi. Sentí como su cuerpo avanzaba en mis entrañas y las cruzaba alojándose en los intestinos. Grité, lloré, le pedí que parara eso. Se detuvo. Con el gigante adentro pausó el movimiento trepidante. Me sentía atragantada, adolorida, cruzada. Me ofreció sacarlo y suspender todo, pero pensé que lo peor había pasado y que yo nunca me rajo. Le dije que no con un movimiento de cabeza y me abandoné a mi suerte. Con cada acometida sentía desvanecerme, su bulto me rompía toda, sin embrago, disfruté. Cuando salió sentí un alivio parecido al orgasmo y una sensación de vació que, no podía creerlo, me hacía extrañar su presencia en mis esencias. Disfruto el anal, pero después de aquella experiencia decidí aceptarlo sólo después de comprobar que un coloso no querrá partirme en dos.
Escrito por Fernanda, y publicado el 15 de Mayo de 2006, en el Foro Elite de ZD