Reconocimiento
a Fernanda la Escritora, Fernanda la Amiga,Fernanda La mujer,Fernanda la Escort
y está dirigido a la gente interesada en su persona,
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jueves, 15 de enero de 2009

Amigos, Simplemente Amigos...

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Una nunca sabe como una amistad comienza a convertirse en otra cosa. Siempre hay amigos a los que se quiere mucho, que de pronto te anuncian sentirse enamorados. Aunque en todos los casos es un halago, no siempre es posible corresponder a ese afecto. En nuestro oficio, esos casos son todavía más complicados; especialmente cuando el amigo en cuestión se acostó contigo desde el día en que lo conociste. Migue fue un cliente, luego mi amigo, más tarde un enamorado y al final un despecho.
Lo quise mucho y bien. Era joven (33), soltero y muy simpático. La tarde en que nos conocimos hicimos clic, su forma de hablar me encantaba y la manera en que me tocaba me complacía. Sus brazos eran fuertes y tenía un modo de hacer el amor entre lo tosco y lo tierno que aquella vez logró robarme un orgasmo. Era tan agradable que conseguía que me abandonara a mis sentidos en sus brazos y realmente disfrutara estar con él. Era un poco gordito, pero a mi no me molestan los hombres con algo de mantequita, al contrario, los disfruto mucho, ja ja ja.
Aquella tarde estaba contenta, de modo que a la hora de la despedida, cuando se ofreció a llevarme a mi departamento, no sólo acepté sino que lo invité al cine. Eso fue muy irregular, pues es mi política no aceptar salidas de nadie. Al terminar la película él me invitó a cenar. Pasamos una tarde formidable y comenzamos una maravillosa amistad. De cuando en cuando me llamaba o yo a él. Salíamos, charlábamos; se volvió mi confidente. Conoció a mi mamá y yo a sus hermanos, en fin. Algunas veces terminábamos en la cama y disfrutábamos como locos, siempre, desde luego, con el debido pago de su tarifa.
Ser tomada por alguien por quien sientes afecto, sin compromisos, es como la combinación perfecta de las delicias del amor y del pecado. Para mi era extraordinario hacer el amor con un amigo. Lo malo es que para él no lo era. Cuando menos dejó de serlo cuando dejó de verme como amiga.
La noche que en su carro me confesó estar enamorado, no atiné a hacer otra cosa que salir corriendo. Hablamos días más tarde, me pidió que dejara el “negocio”, exhibió sus sentimientos. Cada palabra que pronunciaba, hacía más chiquito mi corazón; no porque como mujer su afecto no me llenara de satisfacción, sino por la imposibilidad de que mis sentimientos le correspondieran. No estaba en mí en ese momento dejar el servicio, menos por un hombre al que quería, pero no amaba.
Poco a poco los incidentes en nuestra relación fueron extinguiendo la chispa de lo que fue nuestra amistad. Peleamos, nos ofendimos, dejamos de vernos, sin embargo aún ahora, cuando busco en los recuerdos los momentos gratos de mi paso por la vida de escort, su evocación regresa como una de las almas más generosas que conocí en un cuarto de hotel y en una vida.
Con amor
publicado el 02/Ene/2007 por Fernanda en foros mi arroba en el foro de fernanda

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