CREDO
Creo en la LIBERTAD, pero no como facultad, como valor ni como derecho, sino como la simple posibilidad de equivocarme todas las veces que quiera. Ser libre no es poder soñar en lo que quieras, sino tener la oportunidad de tomar el camino que decidas para conseguirlo. Muchas veces me he topado con hombres buenos que me ofrecen su apoyo moral y financiero para que cambie de vida, a cambio simplemente de que haga sólo para ellos lo que hoy hago para muchos, ¿Saben por qué sigo en el oficio? Porque creo en la libertad, yo rento ratos, pero no me vendo.
Creo en el AMOR, porque lo he sentido y lo he sufrido. Porque en este corazón han latido los pulsos venenosos de una carne anhelada. Porque lo he tenido y, como a las golondrinas, lo he dejado ir, segura de su regreso. Porque hay rincones en mi cama que extrañan su abrazo quieto y preguntan por él. Porque amar es un impulso que nos hace y nos da vida.
Creo en la AMISTAD, por que es el sentimiento desinteresado por excelencia. Porque la amistad fluye y es la que nos da energía. Creo en la amistad porque me he dado cuenta de que es el único impulso infinito. Energía que se va haciendo más grande cada que se tiende una mano o se fabrica un recuerdo. Porque a los amigos, como a los amores, se les escoge de entre un mundo de prospectos.
Creo en la DIVERSIDAD, porque fui formada por la vida para ir respetando a todos. Somos hombres y mujeres que solamente debemos distinguirnos por lo que hay nuestros corazones. Yo vivo en un mundo en el que la raza, el sexo, la religión, las preferencias sexuales, la condición económica ni cualquier otra cosa, nos hacen diferentes. Que viva la diferencia porque es lo que le pone sal y pimienta a la vida.
Creo en la MUERTE, por que es la única mujer realmente fiel. La que no te olvida nunca y tiene apuntada desde el principio la cita que ha de tener contigo. Bien decía una amiga que de las únicas cosas de las que nadie se salva es de los cuernos y de la muerte. Pero creo en ella, sobre todo, porque sé que solamente cuando te vas es que realmente comienza la vida.
Creo en los PRESERVATIVOS, porque me toco nacer en un mundo convulsionado por una peste artera. Porque amar y ser responsable es una ecuación que le ha costado a la humanidad mucha sangre aprender. Porque vivir es un milagro y un regalo que no podemos entregar sin dar la lucha, porque la responsabilidad es la mejor manera de cuidarnos todos y porque un condón sigue siendo la mejor vacuna contra el SlDA.
Creo en la PALABRA. Sólo el verbo nos acerca. Con sus ventajas y quebrantos, la palabra es la que nos hace humanos, la posibilidad de que hoy esté aquí, escribiendo estas locuras con la esperanza de que tú, sin saber siquiera quien eres, las leas y te digan algo, es la más sorprendente de las magias. Creo en la palabra porque he visto que cuando nos vamos y las luces de quienes nos conocieron se va extinguiendo, lo único que al final queda, si lo dijimos suficientemente fuerte, son nuestras palabras.
Creo en la ALEGRIA. Al mundo vinimos para sonreír, todo lo que hacemos entre sonrisa y sonrisa es una pérdida de tempo. Yo vivo para ser feliz y ese es el trabajo y destino que debemos tener todos en el mundo. La alegría es una sensación cuya intensidad puede en algunos casos levantarte del piso y llevarte a donde quieras. La inercia que hace girar al mundo es sin duda su alegría.
Creo en el CUERPO porque es nuestro empaque. Porque nada es más halagador que gustar y que quien pose en ti sus ojos disfrute lo que esta viendo. Porque pocas cosas templan tanto la autoestima como el placer de sentirse bien con una misma, de reconciliarse con el espejo, aunque en semejante conciliación haya mediado el bisturí de un cirujano.
Creo en el SEXO, porque es la mejor expresión de la energía. Porque es una actividad intensa y quemadora de calorías que todo mundo debería practicar cuando menos tres veces al día, pero sobre todo, porque siempre he pensado que otra cosa pasaría en este mundo si mas gente dejara de hacerse la guerra y comenzara a hacerse el amor.
Creo en el TRABAJO porque es lo que hace que lo que te comas sepa riquísimo. No hay mejor condimento que el saber que compraste tu alimento con el dinero que te ganaste. Les parecerá extraña esta declaración viniendo de alguien que tiene por oficio la llamada vida fácil, la que muchos considerarían todo menos un trabajo, pero el que no haya sindicato ni coticemos al seguro no lo hace menos completo, y quien diga lo contrario le pido que lo haga después de acostarse un día con varios desconocidos, aunque todos sean encantadores.
Creo en el DESTINO, porque a cada vuelta de rueda, cada que doblo una esquina, en cada habitación, me espera algo o alguien que a veces parece que me ha estado esperando allí desde siempre. No hay casualidades.
Creo en la PACIENCIA, porque todo llega si sabes esperarlo. Porque los más ricos platos son los que a fuego lento se cocinan. Porque cuando llega lo que has sabido preparar y aguardar, es cuando se esta lista para aprovecharlo.
Creo en la INTELIGENCIA, porque es la que nos hace libres.
Creo en MÍ, porque me quiero mucho.
Fernanda
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